Nuestra asociación está especialmente dedicada a la infancia (8 a 12 años), a la juventud desde la adolescencia (13-18 años) y a la edad adulta, tanto de las jóvenes como de sus familias.
Por áreas de trabajo queremos destacar:
A lo largo de nuestra historia, cuatro han sido los ejes de actuación de nuestra asociación:
Proyecto educativo
La Vereda cuenta con un Plan de Formación en valores y desarrollo integral de la mujer donde está previsto impartir a las socias una serie de charlas, clases y pláticas, en las que a lo largo del curso se expone de modo breve y sencillo algunos aspectos para mejorar su formación personal.
El tiempo libre de los hijos ocupa una gran parte de su tiempo total. Además, mientras que las circunstancias familiares y escolares vienen impuestas, es en el tiempo libre donde aprenden a usar su libertad y, por tanto, a definir su personalidad.
Parte fundamental de este Proyecto Educativo es la definición del conjunto de valores que engloban el estilo propio de la Vereda: el talante y la conducta específicos que, de algún modo, lo identifica institución educativa. Este estilo educativo, que tanto las familias como las preceptoras aceptan y se comprometen libremente a mantener, constituye el instrumento para lograr una actuación educativa coordinada y coherente, y sirve de ayuda a los directivos de la asociación para estudiar los diferentes planteamientos y los modos de hacer en el desarrollo habitual de las actividades.
A través de sus actividades, se ofrecerá a las familias una educación centrada en la persona, propiciando en cada socia el desarrollo de sus propias posibilidades y aptitudes, y la promoción de los valores, ayudándole a prepararse para participar solidaria y eficazmente en la sociedad.
Este Proyecto Educativo se configura en la actividad ordinaria de la asociación, a través del trato entre las socias y las familias, de la atención personal que les dispensa la preceptora, y de otros muchos elementos que, en sintonía con su entorno y tradición cultural, son consecuencia del modo de entender a la persona y la finalidad de su educación.
Cada niña es una persona irrepetible, protagonista principal de su propia historia, y que ha de esforzarse por dirigir con acierto su propia vida. Por eso, los directivos y preceptoras de la Vereda, en nuestra acción educativa, no sólo respetamos ese protagonismo sino que lo fomentamos activamente: cada socia, con la formación e información que se les facilita para decidir libre y responsablemente, se propondrá las metas que considere oportunas para su mejora personal y elegirá los medios pertinentes para alcanzarlas.
Las manifestaciones prácticas de esta educación en y para la libertad serán diversas según la edad y la madurez de las socias, pero siempre cuentan con su protagonismo.
Con esa actitud, las preceptoras ayudarán a cada socia a reflexionar sobre las exigencias del don de la libertad, y a entender que sólo tiene una vida coherente quien actúa con una referencia cabal a la verdad, aunque algunas veces las exigencias de la verdad contraríen las propias apetencias.
El ambiente educativo de la asociación favorecerá un clima en el que puedan expresarse con confianza y respeto las propias ideas y opiniones, y en el que se estimule y reconozca el esfuerzo por pensar, dar razones y explicar el porqué de las cosas.
Según su diferente naturaleza y posibilidades, todas las actividades que la Vereda ofrecerá a las familias se proponen facilitar que cada socia, mediante una adecuada atención grupal y personal:
- Se conozcan a sí mismas, sus aptitudes y posibilidades, tratando de desarrollarlas con deportividad y afán de superación.
- Sean capaces de valorar las cosas, las personas y los acontecimientos que incidan en su vida (la felicidad, el amor y el dolor, la familia, la sociedad, la naturaleza, la trascendencia, etc.).
- Adquieran facilidad para el esfuerzo continuado en el ejercicio de las virtudes: laboriosidad y estudio, servicio a los demás, etc.
- Se impliquen en su vida familiar y facilite el desarrollo de un ambiente de servicio, cariñoso y alegre, entre padres y hermanos (ayudando en las tareas del hogar, participando activamente en los planes familiares, etc.).
- Conozcan y se integren activamente en el entorno con el que se relaciona (manifestaciones culturales, actividades deportivas, vida religiosa, eventos sociales, etc.).
- Sean capaces de apreciar la belleza en la naturaleza, en el arte y la cultura en general, así como interesarse por el medio ambiente, actuando de forma responsable con el entorno.
- Adquieran el espíritu de colaboración, ayuda y servicio a los otros; de lealtad, sinceridad, tolerancia, solidaridad y generosidad en el trato con los demás.
- Sean autónomas y con capacidad de iniciativa, en su vida individual y en sus relaciones sociales.
- Dediquen generosamente su tiempo a los demás, ofreciendo los servicios que les sean más necesarios.
- Adquieran criterio para enjuiciar sus posibilidades de acción, de modo que pueda tomar decisiones justas y responsables en el uso de su libertad personal.
- Sean capaces de responder libremente a las exigencias de sus convicciones personales.